CON ALMA DE NIÑOS

Recuerdas la sensación de sorpresa y curiosidad que tenías respecto al mundo cuando eras un niño? ¿Dónde se fue? La mayoría de nosotros asociamos la edad con la responsabilidad, las cargas y la seriedad. Cuando somos niños, nuestra imaginación es vibrante, y nuestros corazones están abiertos. Todo nos sorprende y nos fascina, y todo es posible. Creemos que los malos siempre pierden y que “el ratón de los dientes” se cuela en nuestra habitación por la noche y deja unas monedas bajo nuestra almohada. Experimentamos la vida de primera mano, y siempre con un sentido de novedad y de curiosidad desbocada.

Pero entonces alguien susurra en nuestro oído: “¿sabes?, el ratoncito no existe en realidad”; vemos ganar a los malos; nos vemos obligados a “¡crecer de una vez!” y enfrentarnos al mundo. Entonces nos volvemos escépticos y permitimos que nuestra lógica prevalezca en lugar de nuestra pureza de corazón.

Otra gran cualidad de los niños es su habilidad para recuperarse de los contratiempos. Cuando un niño te viene llorando con una rodilla raspada, actuando como si el mundo se derrumbara, todo lo que necesita para salir de ese estado es una bola de helado. Pero si la vida nos raspa y alguien nos ofrece un “cariño, te quiero”, o “eres una buena persona” o cualquier otra cosa amable, no funciona tan fácilmente, ¿verdad? ¿No sería maravilloso si esto fuera todo lo que necesitáramos para transformar nuestro mal humor?

Pero no queremos dejarlo ir tan fácilmente. Mientras que los niños se distraen con facilidad de su negatividad, nosotros tenemos más dificultad a la hora de desviar nuestro enfoque de ella. Nos gusta “abrazar a nuestro caos”.

Los kabbalistas dicen que este es uno de los meses más desafiantes del año. (Cáncer y Leo son los otros dos). Pero sabemos que para un kabbalista, desafiante significa que es una gran oportunidad para revelar Luz. Durante los próximos 29 días, si podemos restablecer esas cualidades que enterramos hace tiempo, si podemos ablandar nuestro corazones, y si podemos volver a la alegría y los placeres simples de la vida, entonces podremos recuperar la comprensión de que todo lo que necesitamos en realidad ya está dentro de nosotros. Este mes (más que cualquier otro mes del año) podemos renovar nuestra inocencia y despertar nuestro entusiasmo por la vida.