NO SOPORTAS VERME BRILLAR

Ese es tu problema conmigo pequeña, obscura e insignificante víbora y con cualquiera que tenga luz propia y sea feliz.. desde el fondo del corazón. Qué pena me da tu sombra triste de bruja malévola, andar por la vida sin conocer lo que significa brillar con luz propia y con ese resplandor encantarte y encantar.

miércoles, marzo 31, 2010

COMO SER MAMA SIN MORIR EN EL INTENTO

Quiero escribir para que sea un testimonio y no la odiada victimización. Descargar esto que me tiene ahogada sin parecer desagradecida con la vida que tanto me ha enseñado. Explicar que la maternidad me ha quedado grande y a la vez me siento madre desde la profundidad de mis entrañas. Mis cuatro hijos son míos porque yo los parí, los amamanté, los he criado, bien o mal, absolutamente sola. Son míos y a la vez no me pertenecen en absoluto.

Mi largo, hermoso y empinado camino de ser madre comenzó hace 30 años. A mis 20 decidí que quería tener un hijo, llegó esa princesa maravillosa, perfeccionista, correcta, sensible, con el corazón capaz de albergar a todos los que necesitamos amor y contención, ser humano único, mi ópera prima.

A mis 25 decidí volver por otro. Y apareció otra, una "Campanita" que caminó descalza a muy temprana edad, que desde que salió de mi vientre me miró con esos ojos enormes, los mismos con que hoy me increpa y exige en todo su derecho. Sabia, llena de dones, profunda, complicada. Mágica.

Ocupadísima con estas dos minas en potencia, la vida me sorprendió, esta vez sin planificación alguna, contra todo pronóstico y lógica. Se anunció mi hijo, único hombre de este matriarcado, le ha sido difícil sobrevivir en este mundo esencialmente femenino, abuela, madre, hermanas, polola. Ha tenido grandes beneficios, sin duda. Mal genio. Enamorado de sus dones. Te he malcriado, eres El Hombre que me ha hecho realmente feliz en la vida. Perdono tus faltas, te exijo menos en algunos aspectos. Eres la energía que marca la diferencia en esta casa de locos, para bien o para mal.

A mis 32 mi vientre volvió a sentir el llamado de la maternidad. Engendré a mi concho. Su presencia es un continuo desafío, un aprendizaje de nuevas reglas, de equivocarme, recapacitar y que nada parezca suficiente. Bella, intensa, sin filtros, debatiéndose como puede en la adolescencia que le ha tocado vivir como si tuviese 70 años en esta vida, pero sin madurez propia todavía. En un torbellino caótico de amor y odio por la experiencia de ser mi hija y de existir en esta familia que le tocó sin derecho a opinión.

Hoy, a mis 50 me siento tan plena como agotada. Feliz como triste, Realizada y devastada. Capaz y superada. Dispuesta y no queriendo más. Estos cuatro seres humanos excepcionales, fueron y son mi opción, son lo mejor que me ha pasado en la vida entera. Y tengo límites que estoy empezando a vivenciar en magnitud. Me falla la brújula cuando debería habitar en el faro de las madres. Ser lo suficientemente sabia como para no estar escribiendo esto, sino un decálogo de convicciones. Sin embargo, aún cometo errores y aciertos, no puedo evitar que sufran por mis equivocaciones, menos por las suyas, a ratos no puedo contenerlos siquiera... porque se me olvida el significado amplio y personal de la palabra.

No debo ser la única que se siente superada por un rol que no tiene bibliografía, salvo alguna que otra publicación qué sólo llega a nuestras manos cuando la desesperación nos lleva a leer, siempre tarde, cómo seguir intentando lo que parece inútil de realizar completamente bien. No existe una manera de ser madre 24 horas al día, 365 días al año, durante 28 años sin equivocarse una y otra vez. Sobre todo y esto no es una excusa que aumente las faltas, es una realidad, si se ha sido padre y madre, en los juegos y los castigos, en el goce y las penas. El único referente a la hora de imitar, única fuente para aconsejar pésimo o acertadamente. Sobre todo si como muchas otras mujeres que conozco, escogieron a los padres con el corazón y las carencias, en lugar de una inteligencia emocional que nos diera la más mínima señal de advertencia (o tal vez se prendieron todas las alarmas y no quise oír ninguna?) da lo mismo, sólo aclaro que estos personajes sencillamente no existen.

¿Cómo volver a sentirme inspirada sin miedo a seguir cagándolas? Cómo seguir intentado estar al pie del cañón si lo ya errado no tiene retorno, cuando lo único que tengo para apelar a mi favor es tan sólo el perdón y la corrección total o parcial de mis equivocaciones. Cómo volver a creer en mí con toda la fe que se necesita para ser la capitana de esta embarcación.

Cómo si los amo con todo mi corazón no me siento capaz de mantener este barco lejos de las tormentas y el casi inminente naufrágio y desaparición entre esta tempestad de desencuentros.

Cómo seguir por otros muchos años convencida de que lo he hecho más veces bien que dañando... vivenciando el verbo... no filosofando o ilusionada en un rol que me está quedando, ha esta altura de mi existencia, como poncho de lana, pesado y mojado por la lluvia.

Simplemente volviendo a empezar.
Volviendo a decir te amo, dame la mano, abrázame.
Te perdono, me perdono, perdóname.
Eres importante, eres un ser únic@, valios@ e irremplazable.
Nada cambiaría de mi pasado si el costo fuera no haberte conocido.
Mi misión en esta encarnación es ser vuestra madre como principal razón de vivir, por designio divino y decisión propia.No quiero estar en otro lugar que no sea aquí, dando esta lucha por ser vuestra madre... hasta el final de mis tiempos.

Los amo con todo mi corazón.

1 comentario:

Breny dijo...

Muy interesante la narracion acerca de tu vida de madre.. admirable ser madre de 4!, sólo te digo aunq a veces te sientas culpable por errores es una bendición y a veces desgracia para nuestros hijos, los errores que cometemos los padres. Pero ten en mente que aún cuando nos equivocamos, siempre estamos tratando de hacer lo mejor, y en el momento en q tomamos una desición, generalmente es la que nos parece mejor, aun cuando no sabemos si es la correcta. Sigue adelante! Éxito!!!