
¡¡Por eso me encanta mi pega!!
Porque me reconforta, me reanima, me premia, me gratifica, me entretiene, me alumbra, me hace lúdica y creativa.
¡Porque mi trabajo es como el palpitar de la vida!
Escribo desde siempre. Me aclara, serena, me acerca a Dios y al prójimo. Las letras curan penas, recuperan la esperanza pérdida, heredan mi presente al futuro de los míos. La palabra tiene poder, pero escrita lo tiene más todavía.
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