
Santiago se está volviendo gris. Poco a poco los días se acortan y las mañanas se vuelven más frías. Y con el verano que se aleja mi alma se ha puesto triste. Tiene miedo y está asustada. Todo lo brillante parece haber dado paso a estos días sin tonos, sin melodía, sin tatuajes de nuevas historias en mi alma, sin verbo en tu boca.
Basta. Debo darle la bienvenida al otoño y a la verdad en mi corazón, ambos son inevitables.... como todo, como siempre, el invierno, la necesidad de tí, mi pena ....... todo pasará.
Duele, puta que duele. Sin aguacero de marzo, he vuelto a llorar.
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