

¿Quién eres hoy? Te desconozco, no te entiendo, me decepcionas, pierdo la fé. La palabra amigo es un don, un regalo, no un apodo para quien te acompaña durante tus penas y alegrías y después no existe ya más.
Escribo desde siempre. Me aclara, serena, me acerca a Dios y al prójimo. Las letras curan penas, recuperan la esperanza pérdida, heredan mi presente al futuro de los míos. La palabra tiene poder, pero escrita lo tiene más todavía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario