El sábado por la noche jugué a ser hombre y vaya que lo disfruté!!
Me di el gusto de sentir como se sienten ellos al tener un encuentro pura y únicamente sexual, donde no existe ni el más mínimo compromiso en el horizonte inmediato ni lejano y ojalá no se mencione ninguna frase del tipo "hablamos mañana" o "por qué no te quedas a dormir y tomamos desayuno juntos". Es mas, llegada la hora en que mis necesidades de hembra estaban bien satisfechas llamé un taxi y me fuí ¡Qué agrado no dejar sentimiento alguno entre esas sábanas, ni expectativas ni promesas! Fuí, lo hicimos, lo gocé al máximo y ¡A otra cosa mariposa!
Me sentí rara estando de ese lado, acostumbrada a estar del otro. Lo utilicé para satisfacer mis bajos instintos y no di espacio a ninguna pregunta o tema comprometedor, por más que mi pobre corderito (lo llamo asi porque lo sentí y lo tuve a mis pies todo el rato... cómo le gusta a los minos que los tratemos con indiferencia por Dios!!) trató de saber en qué estaba mi corazón y cuánto o qué me pasaba estando con él ¡¡¡Este hombre era un mina haciendo preguntas comprometedoras que no venían al caso!!! ¡¡Qué latero!!
Lo mejor de todo fue que en una conversación semi profunda, insisto en que yo no estaba ahí para ahondar en nada, logré sacarle información relevante, cuando sin más me confesó que efectivamente la mayoría de los hombres se mueren de ganas de que los amemos, pero es tanto su nivel de pánico y miedo al compromiso que en lugar de disfrutar de ello asustados y cobardes, lo sabotean. Pero definitivamente lo único que necesita cada uno de ellos es el amor de nosotras. Con esta honesta declaración confirmó algo que yo lamentablemente me temía hace tiempo.
Qué pena que el que lo dijo esa noche no era el indicado para mirar a los ojos y decirle: Eso es lo que siento por tí baby, amor, puro amor. En ese minunto lo único que dije fue ¿me sirves más vino por favor? y me dispuse a disfrutar otra vez, porque en este plano al menos tengo que darle todo el crédito a mi amante, lo hace como los dioses y está dotadísimo por la madre naturaleza.
Sin la menor culpa ni cargo en la conciencia me desperté en mi cama el domingo, cantando por la mina que soy, que no se averguenza de amar y no teme que la amen. Sintiendo un poco de pena por esta especie tan rica y extraña que son los minos, a quienes me encanta disfrutar, aunque esta vez haya sido a su manera y en su ley, sin que él ni siquiera se diera por enterado.
Escribo desde siempre. Me aclara, serena, me acerca a Dios y al prójimo. Las letras curan penas, recuperan la esperanza pérdida, heredan mi presente al futuro de los míos. La palabra tiene poder, pero escrita lo tiene más todavía.
NO SOPORTAS VERME BRILLAR
Ese es tu problema conmigo pequeña, obscura e insignificante víbora y con cualquiera que tenga luz propia y sea feliz.. desde el fondo del corazón. Qué pena me da tu sombra triste de bruja malévola, andar por la vida sin conocer lo que significa brillar con luz propia y con ese resplandor encantarte y encantar.
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